REPOBLANDO EL MONTGÓ

Muy poco tiempo tarde en preparar este nuevo artículo para Las Provincias, escribir con el corazón es bastante fácil. Aquí lo reproduzco tal cual:

Hace unos meses recibí la llamada de Pablo Segarra, activista social con múltiples frentes abiertos, entre otros el de ser Presidente del Rotary de Dénia. Esta vez me quería proponer un proyecto que enlazaba con el trabajo que desde el <> de la Agenda 21 se viene desarrollando en favor de las montañas.

Café en mano, el amigo Pablo me dijo, <>, ante lo que me asaltaron las dudas por la complejidad sobre la titularidad del suelo, redacción y aprobación del proyecto, plazos, financiación, etc. Mis sospechas eran fundadas, no era una misión cómoda, y rápidamente aparecieron los primeros aguafiestas. Intereses divergentes a modo del perro del hortelano, y afirmaciones del tipo, <<¡qué difícil!>>, <<¿para qué?>>, <<¿con la que está cayendo tenemos que plantar arbolitos?>>, y al referirse a la Generalitat con la peor de todas, <>.

Al presidente del Rotary le daba igual, se enfrentó a temores y críticas, y poco a poco consiguió convencer. Constituimos un frente común, Agenda 21 y Presidente de la Junta Rectora del Parque con la Generalitat Valenciana, y donde el Montgó, lejos de separar, se reveló en su papel de unión entre los municipios de Dénia y Xàbia.

Conciertos, obras de teatro, contactos por todas partes para conseguir financiar el proyecto. La ilusionante campaña <> ha comenzado, y ahora todos podemos ser partícipes, y donde medios de comunicación, empresas, ciudadanos y escolares suman su voluntad de repoblar nuestro querido monte.

Esta acción dianense es indicadora de que la sociedad está sana y comprometida, que se basa en algo más que plantar árboles, y que lo realmente importante es sembrar esperanza, dar ejemplo a nuestros hijos para apuntalar el futuro, y conseguir que de una forma casi instintiva, éstos repitan algún día el ejemplo de sus padres.

Las cosas que se quieren se consideran propias, y por eso estoy deseando adquirir la tarjeta de “apadrina un árbol”, explicárselo a los míos, y cuando miren al Montgó, que piensen que cualquiera de esos árboles podría ser el nuestro.